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Mataron a 30 hace un año; el país se sacudió. Fue en Coatzacoalcos. FGR y CNDH no muestran avances

28/08/2020 - 8:44 pm

El abogado de las víctimas, denunció que pese a las múltiples peticiones para acelerar el caso la carpeta no avanza, además de que el caso está entrampado en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Ignacio Carvajal

Veracruz, 28 agosto (BlogExpediente).- Al cumplirse un año de la masacre en el bar el Caballo Blanco, donde perdieron la vida 30 víctimas y un perpetrador del atentado, no hay un solo detenido ni se tiene noticias de órdenes de aprehensión giradas contra presuntos culpables.

Alán Domínguez Muñoz, abogado de las víctimas, denunció que pese a las múltiples peticiones para acelerar el caso la carpeta no avanza; por si fuera peor, el caso está entrampado en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Las víctimas -dijo-necesitan que la CNDH emita un dictamen de que fueron víctimas del delito para que los deudos puedan acceder a la reparación del daño y a las medidas de no repetición, verdad, y justicia.

Actualmente, las madres e hijos de las bailarinas y clientes que fueron masacrados ese día, reciben 4 mil pesos mensuales por parte de la Comisión Nacional de Atención a Víctimas por concepto de fondo de ayuda, asistencia y alimentación.

Recurso que no es suficiente para el gran gasto que representa mantener a los huérfanos, incluso, muchas de esas madres aún deben los gastos funerarios.

Las madres e hijos de las bailarinas y clientes que fueron masacrados, reciben 4 mil pesos mensuales por parte de la Comisión Nacional de Atención a Víctimas. Foto: Blog Expediente

El abogado indicó que representa a 14 de las 30 víctimas y es importante que la CNDH avance en la integración de ese dictamen, que es necesario para la reparación del daño, la aplicación de medidas de no repetición, el derecho a la verdad y una disculpa pública.

En medio de las medidas que se estarían implementando -agregó- se busca que las autoridades federales y estatales monten un memorial.

Es decir, un monumento en el cual se recuerde lo que pasó hace un año en el bar el Caballo Blanco, la primera masacre de este gobierno de la república, y que sirva para que no se repita.

Alán Domínguez Muñoz dijo que al tratarse de violaciones graves a los derechos humanos, los deudos están en todo su derecho de reclamar que haya un monumento en su nombre, para soportar la memoria de esos hechos terribles, sin importar que se trataba de un centro nocturno.

De no hacerlo -explicó- se estaría condenando a las víctimas a la criminalización, y no acceder al derecho humano de la memoria para las víctimas de la violencia.

Daniel «N» alias el «Calavera», fue detenido a principio de enero del 2020, presunto responsable del multihomicidio, pero tiempo después quedó libre. Foto: Blog Expediente

SIN DETENIDOS

La investigación inicial, fue abierta por la Fiscalía General del Estado, encabezada en ese entonces por el Fiscal Jorge Wínckler Ortiz -quien lucha desde la clandestinidad por demostrar su inocencia-, quien a su vez dio desglose a la Fiscalía General de la República (FGR) por los temas de delincuencia organizada, y la presencia de armas largas durante el ataque.

A la fecha, la investigación sigue en poder de la FGR, que la mantenía trabajando con el Ministerio Público, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas (UEITATA).

La FGR respondió a una solicitud de información (0001700528019) a este reportero, en donde confirmó que al buscar en sus archivos no tienen registro de solicitudes de órdenes de aprehensión contra implicados en la masacre del 27 de agosto del 2019.

Alán Domínguez Muñoz, en el mismo tenor, confirmó que han sabido de detenidos, pero sólo se les relaciona mediáticamente, sin que se vinculen los expedientes, tal como pasó con Ricardo N, alias La Loca; y Daniel N, alias Calavera.

En distintos momentos, los dos presuntos operadores del Cártel de Jalisco Nueva Generación,fueron señalados por el gobierno, en medios de comunicación, de ser los responsables de la masacre, pero ninguno está acusado formalmente.

Vaya, ni uno de los dos está encarcelado en la actualidad.

Después del incendio autoridades achacaron el caso a Ricardo N, alias La Loca, quien él mismo, en un video, salió a decir que no tenía nada que ver con eso, incluso, la FGR lo exculpa.

A principios de enero del 2020, la Marina detiene en Coatzacoalcos a Daniel N, alias Calavera, presunto jefe el Cártel de Jalisco Nueva Generación en Coatzacoalcos, y también, mesiánicamente, le achacan el multihomicidio, fue internado en un penal de Oaxaca por narcomenudeo, donde quedó libre tiempo después.

El abogado indicó que saben que hay un detenido que tiempo después cobró el carácter de testigo protegido, se trata de un menor de edad que participó en esos hechos, quien fue localizado por la policía ya que llegó a una farmacia de la zona, al consultorio médico, a atenderse las quemadas que sufrió en ese atentado.

El defensor indicó que hasta ahora no conocen que este supuesto testigo protegido haya aportado algo para esclarecer el caso, sobre todo, para definir quiénes son los culpables.

EL TRASFONDO, COBRO DE PISO

Karina Hernández Flores era la persona que en ese entonces estaba al frente del bar, ella, una mujer adulta, que ya había regenteado otros centros nocturnos en Coatzacoalcos, como el Jafra, tenía poco tiempo de haber relanzado este negocio que durante años fue propiedad de Gonzalo Lastra Jiménez, El Gato.

Hernández Flores, luego de conocer y trabajar para Lastra Jiménez durante años, decidió independizarse tomando las riendas del negocio Caballo Blanco que ya tenía varios meses cerrado.

Días antes al atentado, un allegado a ella, que lo tenía trabajando en ese negocio, había recibido la llamada de un sujeto que se acreditó como jefe de plaza para el Cártel de Jalisco Nueva Generación, y se estaba comunicando para pedir su cuota, pues se sabía que al menos a Los Zetas, ya les estaban retribuyendo el famoso impuesto de guerra conocido como «piso».

En las investigaciones, a las que tuvo acceso este reportero salió a relucir que el negocio ya pagaba cuota a un grupo, Los Zetas, y estaba pendiente la correspondiente al CJNG –este tipo de negocios, en Coatzacoalcos, por lo regular solventan a los dos grupos- y en la llamada que recibió ese allegado presuntamente, ya se había acordado el pago y fecha de depósito y así se hizo en diversas ocasiones en que se estaba pagando esa cuota.

Pero se trataba de un engaño, realmente la llamada de primero que se hizo pasar por mando del CJNG fue efectuada desde un penal del norte del país y los que estuvieron cobrando el dinero que correspondía al cártel no eran los verdaderos dueños de la plaza, sino internos de ese penal que sacaron buenos dividendos.

Cuando los verdaderos advirtieron esto fue cuando vino la molestia de este grupo delictivo que a la fecha sigue bajo investigación porque desde los primeros días han sido señalados como autores del incendio.

Karina Hernández Flores se mudó de la ciudad, el ayuntamiento de Coatzacoalcos no la investiga sobre las presuntas omisiones que se dieron al momento del ataque en la salida de emergencia, pero el día de los hechos ella perdió a una hija, quien también era empleada del centro nocturno.

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